Oct 14, 2010 Prensa Noticias de Interés 0
Un artículo de Vladimiro Mujica a propósito de un foro sobre la ciencia en tiempos de crisis. Vladimiro escribe sobre este “mundo paralelo” en el que vive el venezolano. Basta con leer los titulares de prensa todos los días.
No coincido con el, en que vivimos en un estado de esquizofrenia, Estamos muy conscientes del otro mundo en paralelo, pero tenemos que construir, innovar y preservar de este lado para sobrevivir el apartheid y la limpieza académica que se ha impuesto en Venezuela. El foro, mas un seminario, no tenía como objetivo enfocarse sobre la substitución de la vieja institución por una institucionalidad paralela.
Sentado entre los asistentes, no dejaba yo de pensar en hasta qué grado vive Venezuela un momento de profunda esquizofrenia. En este auditorio, donde se ventilan las verdades de la mitad del país, se evidencia un proceso de destrucción del esfuerzo de investigación nacional, armado por el gobierno y presentado ante la otra mitad del país como una necesidad de la revolución.
El mundo paralelo
TalCual
Lunes 28 de Junio de 2010
Aquí Opinan
Vladimiro Mujica
En un excelente foro organizado por la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), donde lo único que hubo que lamentar fue la escasa asistencia, se discutió el tema “Investigación en Tiempos de Crisis”. El grupo de panelistas, Humberto García Larralde(Faces, CU-UCV), Flor Pujol (IVIC), Jorge Díaz Polanco (Cendes-UCV), Carolina Ramis(Fac. Agronomía), Alberto Fernández (director de Postgrado, UCV), Horacio Vanegas (IVIC) y Félix Tapia (coordinador CDCH-UCV) constituía una selección de primera línea para la reflexión objeto del foro.
Una parte muy importante de las presentaciones estuvo centrada en la manifestación de la crisis producto del cerco presupuestario al que el gobierno tiene sometidas a las universidades y el IVIC. García Larralde presentó un caso convincente sobre la imposibilidad de hacer seguimiento científico a la ejecutoria del gobierno y sus programas dado el maquillaje de las cifras en relación a Pdvsa o la retención deliberada de información. Díaz Polanco insistió sobre las oportunidades, no solamente las amenazas, que se abrían con la crisis. Vanegas presentó ejemplos sobre lo que hacen gobiernos serios, sin importar su signo político, para enfrentar crisis. Pujol remarcó la profunda crisis institucional del IVIC que puede dar al traste con una institución vital para el país. Ramis presentó los esfuerzos de la Facultad de Agronomía para seguir actuando con cada vez menos recursos. Tapia destacó las innovaciones del CDCH para mantener viva la investigación en la UCV y mostró elementos muy significativos de perfil de la investigación en Venezuela. Fernández dio la visión del postgrado, una actividad que depende vitalmente de la investigación, y cómo ha tenido que cambiar para mantenerse con vida. En fin, la visión de gente que sabe de lo que habla y lo hace con pasión.
Sentado entre los asistentes, no dejaba yo de pensar en hasta qué grado vive Venezuela un momento de profunda esquizofrenia. En este auditorio, donde se ventilan las verdades de la mitad del país, se evidencia un proceso de destrucción del esfuerzo de investigación nacional, armado por el gobierno y presentado ante la otra mitad del país como una necesidad de la revolución.
Instituciones y formas de pensar como las representadas por los panelistas son incompatibles con el proceso revolucionario que se arma en el otro país. El régimen ha organizado una institucionalidad paralela en casi todos los ámbitos públicos. Los sindicatos, la fuerza armada, las escuelas, las universidades, el sistema de salud, y las entidades políticas federales y municipales son parte de una larga y prominente lista de instituciones que han sido infiltradas y debilitadas para fortalecer organizaciones paralelas. Las instituciones al servicio de la revolución se llevan los recursos que son negados a las instituciones regulares, de modo que el gobierno siempre puede exhibir un cuadro de inversiones en, digamos, educación, al tiempo que todas las instituciones públicas tradicionales padecen un cuadro agudo de asfixia presupuestaria. En otras palabras, sí hay dinero pero solamente para los esfuerzos aprobados por el filtro ideológico revolucionario. Únale a esto corrupción e ineficiencia y entenderemos mucho del desastre al que estamos asistiendo.
Imagen de Cathina tomada de media.photobucket.com
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