Ene 15, 2013 Prensa CDCH Los investigadores Opinan 0
Por considerarla pertinente al ámbito universitario reproducimos la entrevista realizada al rector de la Universidad Católica Andrés Bello, por parte de la periodista Ariana Guevara Gómez:
happy wheelsEl rector de la UCAB, que cumple este año 60 años de fundada, señala que los centros de educación superior deben mejorar la administración de sus recursos
José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, alerta que las universidades tienen una gran responsabilidad. La institución que dirige desde 2010 cumple seis décadas este año y, para él, hay una lección fundamental: la universidad debe contribuir con la solución de los problemas del país.
“Hemos aprendido a ser una universidad privada de servicio público”, asegura. Ahora, dice, hay que trabajar en los retos del futuro. Uno de ellos es la renovación del currículo, pues considera que se debe adaptar a las exigencias de la realidad actual.
También, señala, hay que mejorar la investigación e incrementar el trabajo social. Pero más allá de la propia UCAB, Virtuoso considera que todas las universidades deben hacer frente a grandes desafíos.
—¿Qué tienen que hacer las universidades venezolanas para equipararse con otras universidades del mundo?
–Creo que las universidades venezolanas están asfixiadas.
Para que la universidad pueda llevar adelante los retos, necesita políticas de Estado que contribuyan con su desarrollo. Esas políticas deben estar enfocadas en el acceso a la tecnología, el intercambio con otras instituciones educativas, la adaptación de los asuntos laborales al ámbito universitario. Pero las universidades también deben ser autocríticas. Los problemas no se resuelven solamente porque otros intervengan; también se requiere creatividad. Las universidades venezolanas deben plantearse qué quieren hacer y cómo quieren conseguirlo. Deben pensar cómo ser más eficientes, cómo ponerse a tono. Tenemos que cambiar la cultura docente, la de investigación, los métodos de organización.
–¿Cuáles son los problemas prioritarios que deben resolver las universidades este año?
–La remuneración de los docentes es realmente baja; en eso la universidad está muy rezagada. La situación económica igualmente afecta el mantenimiento de las instalaciones y equipos. También habría que pensar en un mecanismo para que las universidades privadas puedan desarrollar aún más su potencial, sin que eso implique recargar la matrícula estudiantil. Además, se debe resolver y estabilizar la elección de autoridades en las universidades autónomas. Y otro problema trascendental es el de la poca calidad de la educación primaria y secundaria.
–¿Cómo hacer desde la universidad para solucionar las fallas con las que llegan los bachilleres?
–Estamos ideando métodos para formar mejor a los estudiantes que ingresan en la universidad. Tenemos que pensar en qué tipo de herramientas les damos, porque si no lo hacemos, los condenaremos al fracaso. Pero ese es un trabajo que hay que resolver en el liceo, no en la universidad. La manera en la que la universidad puede colaborar con la educación básica y el bachillerato es a través de la formación docente. También haría falta una política que estimule esa formación.
–¿Cómo debería ser el sistema de ingreso?
–El Estado ha definido su postura, que es la eliminación del examen de ingreso.
Cada universidad lo ha hecho a su estilo. El asunto es complejo porque se pretende que haya acceso universal, pero necesariamente debe existir un filtro. No podemos ser demagógicos. Es verdad que la educación universitaria debe estar disponible para todos, pero tienen que cumplirse algunos requisitos. Si no, hay dos opciones: se brinda una educación elemental y sin exigencias, o se ofrecen altos niveles de exigencia que al final el muchacho no va a superar. De cualquier modo, se trataría de un engaño para el estudiante. Entonces, hay que crear mecanismos que permitan nivelar los conocimientos. Habría que pensar en un ciclo básico obligatorio de un año, por ejemplo. Si no, se puede hacer en el bachillerato: que haya un año adicional.
–Las universidades autónomas constantemente reclaman por falta de presupuesto.
–Lo primero es establecer un proceso de gestión, gerencia y administración de recursos que permita maximizar la eficiencia. Eso significa que al profesor que se le paga por hacer algo, lo haga.
Que el dinero se ejecute eficientemente y produzca resultados. El segundo aspecto es que hay que dejar de considerar a la universidad como una vaca lechera, que mantiene una larga nómina de jubilados. ¿Qué presupuesto aguanta eso? Los jubilados, en cambio, podrían depender directamente del Estado.
Debe haber una racionalización de la administración del personal que permita ahorrar recursos. La universidad también debería brindar servicios y generar sus propios ingresos. Hay una tradición en ese sentido, pero es necesario avanzar.
Publicado en El Nacional
ARIANA GUEVARA GÓMEZ14 DE ENERO
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