Jul 21, 2014 Prensa CDCH Los investigadores Opinan, Titulares 0
Los repositorios institucionales son estructuras digitales para recoger, preservar y difundir la producción (memoria histórica) de una institución, grupo o disciplina. En ellos se almacena toda la información, desde la más pueril hasta la más académica o científica. Lo bueno, lo malo y lo feo de una institución pueden estar alojados en los repositorios.
La palabra «repositorio» deriva del latín “repositorium” y significa armario, vitrina o alacena. La información almacenada en un repositorio pueden distribuirse a través de una red informática, como Internet, o de un medio físico, como un disco compacto. Pueden ser de acceso público o estar protegida y necesitar de una autentificación previa. Los repositorios más conocidos son los de carácter académico e institucional.
Los repositorios están estructurados sobre el acceso abierto, cuyo objetivo es que cualquier persona en el mundo, con una conexión a Internet, pueda acceder libremente sin ninguna restricción de tipo económico, técnico o legal a la información científica, académica y cultural. Otra característica de los repositorios es que utilizan software o protocolos libres, lo cual facilita el intercambio de contenidos y de las modificaciones a los programas. La información de distintos repositorios puede ser obtenida mediante programas recolectores, también llamados cosechadores, que recuperan, capturan o recolectan los metadatos de archivos disponibles en un protocolo similar.
El acceso abierto está sustentado sobre tres declaraciones internacionales, conocidas como la definición BBB: Budapest (BOAI, 2002), Berlín (2003) y Bethesda (2003). La primera Budapest define lo que es el acceso abierto; la segunda Berlín define las condiciones, enfatizando el intercambio de textos completos; y la tercera Bethesda enfatiza las características de inmediatez para el intercambio de la información.
Los repositorios aumentan a visibilidad institucional, muy importante en estos tiempos de rankings y certificaciones -puestas de moda por los chinos- para certificar sus universidades y otras instituciones científicas.
¿Valdría la pena tener un repositorio dermatológico iberoamericano? Claro que sí, la comunicación científica sin restricciones mejora el desarrollo científico, la economía y la calidad de vida de los ciudadanos de los países.
Puede ver la clasificación de los repositorios latinoamericanos en el enlace de Webometrics. Colocamos a continuación algunas presentaciones para ampliar la información presentada.
Fuente: Editorial Revista Piel Latinoamericana
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