Oct 24, 2014 Prensa CDCH Noticias de Interés, Titulares 0
Formado en las aulas de la Universidad Central de Venezuela, el oriundo de Isnotú -estado Trujillo- compartía su fe cristiana con las técnicas más innovadoras de la Medicina de la época
El 26 de octubre se conmemora los 150 años del nacimiento del ilustre José Gregorio Hernández. Un ucevista que desde temprana edad comprendió que la modernidad del siglo XX debía llegar a Venezuela.
Su carrera dentro de la Universidad Central fue destacada desde su inicio. Egresado en 1888 como Doctor en Ciencias Médicas logró resaltar entre una decena de estudiantes. Su destacado desempeño lo hizo merecedor de una beca para profundizar sus estudios de Medicina en París.
En la capital francesa tuvo la oportunidad de formarse con los docentes más destacados en su campo. Entre ellos Charles Richet, ganador del Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1913, quien lo instruyó en el campo de la Fisiología Experimental y el Nobel español Santiago Ramón y Cajal, considerado el padre de la Histología moderna.
Isidore Strauss, maestro en Bacteriología, y Mathías Duval, maestro en histología y embriología, también formaron a este ucevista.
Pese a rodearse de ciencia e innovación, José Gregorio Hernández nunca dejó a un lado su fervor cristiano. Devoto mariano y de fe inquebrantable, el Venerable –como fue proclamado por Juan Pablo II en 1996-, logró conjugar su labor médica y científica con su fe.
En 1891 José Gregorio Hernández comienza su actividad docente como fundador de las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología de la Universidad Central de Venezuela.
Para 1909 es nombrado profesor de la cátedra de Anatomía Patológica Práctica, la cual funcionó anexa al Laboratorio del Hospital Vargas. Fue el fundador de la cátedra de Bacteriología, la primera de esta disciplina que se fundó en América, y la primera persona en Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina.
“Como profesor fue estricto y severo. Para la época no existían textos sobre las cátedras que impartía, por lo que José Gregorio se dedica a escribir los manuscritos que serán luego insumo para sus estudiantes. Se le considera el fundador de la Medicina Experimental en Venezuela”, relata Daniel Sánchez, profesor de Historia de la Medicina Facultad de Medicina UCV.
Agregó que José Gregorio fue el primero en traer microscopios al país. “Con sus dos laboratorios, uno ubicado en el Hospital Vargas y otro en lo que hoy conocemos como el Palacio de las Academias, revolucionó la ciencia médica al insertar las modalidades clínica y paraclínica. Es decir, él incluyó los exámenes de laboratorio para establecer relación con los síntomas de los pacientes y así comprobar los diagnósticos”.
Sobre la rutina de Hernández, Sánchez señala que en las mañanas estaba en la universidad y en las tardes hacía consultas privadas, muchos de sus pacientes eran humildes, por lo que se hizo tan popular entre ellos.
La vida de José Gregorio Hernández se vio sesgada por un accidente de tránsito en La Pastora, parroquia que lo acogió desde su llegada a Caracas. Al ser trasladado muere en el hospital Vargas, el que tanto transitó durante su vida docente universitaria. Fue el galeno ucevista, Luis Razzetti, quien redacta el acta de defunción de El Venerado: Fractura en la base del cráneo. Hoy miles lo veneran y otros tanto admiran su legado científico.
Por @sendaizea
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